lunes, 29 de marzo de 2010

CASATE CONMIGO

Hay varios motivos por los cuales los casamientos siempre me generan ganas de vomitar. En éste en particular se dijo que fue una salsa en mal estado lo que hizo que yo, igual que otras cien personas, termine desordenándome las tripas abrazado al inodoro del baño de un salón de fiestas.

Comí la salsa porque acompañaba un pincho. Y la gente tiende a abalanzarse sobre todo lo que venga enhebrado en un palito de madera. Y yo soy gente. Aunque a veces otra gente lo dude. Y yo también lo dude. De no haber comido ese pincho igual hubiese terminado vomitando. Porque es lo que me generan los casamientos.

No soy aficionado a los eventos ritualísticos. En particular aquellos que involucran disfraces y cotillón. De ser mujer iría siempre vestida de blanco. Y me quedaría en tetas en el medio de la pista. Y se las refregaría al padre de la novia. Y al novio.

¿Qué lleva a dos personas a exponerse tan superlativamente?

Jamás me gustó ser el centro de atención. Jamás me gustó sacarme fotos. Nunca bailo a menos que este completamente alcoholizado. Jamás un vals.

Paradójicamente mi estómago comenzó a llamarme la atención mientras en una pantalla se proyectaban fotos de dos personas en distintos momentos de sus respectivas vidas. Solos. Con sus padres. De niños. Con sus compañeros de secundario. En algunas de sus primeras salidas. Mientras entraban a la iglesia horas antes. Y de fondo una canción de Serrat. Eso sumado a la salsa en mal estado fue demasiado para un solo cuerpito. Y a la velocidad de un rayo corrí al baño. Y pasé el resto de la noche tratando de poner cada uno de los órganos que componen mi sistema digestivo en su respectivo lugar.


1 comentario:

  1. lo peor de casarse es tener que divorciarse es un papeleo horrible!!!

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